Para diseñar la decoración del altar, hay que tomar en cuenta la proporción con el tamaño de la iglesia o capilla. Si se trata de una capilla, que suelen ser más pequeñas, la decoración debe ser de menor tamaño; de igual forma, si la arquitectura es muy moderna, debemos valernos de elementos más minimalistas para lograr un buen efecto y armonizar con el espacio.
Antes de decorar se debe visitar la iglesia y contactar con los encargados sobre políticas y condiciones de montaje. En algunas iglesias, las velas están prohibidas aún cuando lleven recipiente. En otras, no son permitidos los arreglos sobre la mesa, o a lo sumo sólo uno. Otras más no permiten ciertas flores o incluso definen cuáles lugares pueden llevar arreglos y cuáles no.
Considerando una iglesia grande, de arquitectura tradicional, el altar nos da la posibilidad de recargarlo con flores si se desea.
El área de las bancas nos permite colocar bastantes arreglos, velas e incluso pétalos. Para la mesa donde se oficia la misa, lo más importante es proponer arreglos alargados y bajos que no reduzcan la visibilidad y que además no interfieran con las labores del sacerdote o ministro. Una buena opción es colocar dos arreglos en cada esquina, con algún tipo de caída, o bien uno largo que abarque toda la mesa.
Al pie de la mesa también es recomendable colocar algún arreglo o conjunto de arreglos, pues estos serán los que más apreciarán los novios.Para el altar en sí, podemos proponer conjuntos de arreglos intercalados con velas en recipientes. De igual forma, los espacios destinados a los santos y a la Virgen deben tener también arreglos similares que pueden ser de menor tamaño.